En asistencia en carretera:
La mayoría de las compañías no se hacen cargo si se circula por vías no aptas, como pistas de tierra. Aunque es posible encontrar pólizas que sí que lo hagan, como la de Mapfre, que presta sus servicios aunque el accidente se haya producido en una vía de este tipo.
Accesorios que no vienen de serie:
La mayoría de las pólizas de seguro recogen que este tipo de extras deberán estar declarados específicamente, con su valor real, en la póliza para quedar cubiertos. Si no se hace, en caso de robo, incendio o siniestro, la compañía no se hará cargo de ellos. No obstante, muchas compañías de seguros han optado por cubrir este tipo de accesorios hasta una determinada cantidad de dinero, que suele rondar los 1.500€, sin necesidad de declararlos.
Modificaciones en el vehículo:
se deberá comunicar a la aseguradora. Si no está homologado y la compañía de seguros no lo sabe, en el caso de sufrir un accidente, la compañía puede negarse a pagar los daños del coche, alegando que no es el mismo que figura en el contrato. En el mejor de los casos, sólo cubrirán los daños como si los extras del automóvil fueran de serie. De hecho, muchas compañías no aceptan nuevas pólizas para coches tuneados. Sin embargo, existen seguros específicos para estos vehículos.