07/09/2015 | Categoria:
GeneralMuchas veces, cuando hablamos con nuestros clientes nos sorprendemos –bueno ya no- de que en la mayoría de los casos no han hecho testamento. La respuesta viene a ser algo así como que les da, miedo, aprensión o, como diría Tarzán, “yu-yu”; o que: “sí, tienes razón, alguna vez lo he pensado pero no he encontrado el momento”.
Pero hacer testamento es muy fácil:
- te acercas a un notario,
- le dices que quieres testar,
- te asesora en el cómo,
- lo redacta y lo firmas
- te guarda una copia y le pagas menos de 40 euros.
Menos de 40 euros te van a evitar muchísimos problemas.
Un accidente repentino, una enfermedad rápida e inesperada…
Si no lo arreglas tú en vida, la Ley lo arreglará por ti tras tu fallecimiento; pero seguramente no como tu quisieras.
Si no hay testamento, o no aparece o es nulo, la ley determina quiénes son tus herederos. Las siguientes personas -y en este orden- son las llamadas a heredar:
Descendientes, ascendientes, cónyuge, hermanos y sobrinos.
¿Es así cómo lo quieres?